ALFILERES DE NOVIA

Con muy poco tiempo y con muchas ganas de enseñaros algunos de los trabajos que he realizado, uno de ellos son estos alfileres de novia, porque un día tan especial, merece algo único.

Recibir un alfiler cuando vamos a una boda es un bonito detalle, que tiene su historia detrás. Sencillamente se trata de una bonita tradición con orígenes españoles.

Uno de los orígenes nos llega desde Toledo:

Cuenta la leyenda que una doncella toledana llamada Soledad de Vargas se enamoró del joven alférez Don García de Ocaña. Días después de prometerse matrimonio ante la Virgen del Sagrario, Don García tuvo que partir a una larga y tediosa guerra que hizo que Soledad quedara triste y desolada. Pero la fe de la joven le permitió soportar la espera acudiendo cada noche a rezar a la Virgen de los Dolores acompañada de su criada, Mencía. 

Su cansancio le impedía terminar de rezar el rosario sin quedarse dormida, y Soledad le pedía a su criada que la despertara pinchándola con un alfiler, al terminar la oración la joven depositaba como ofrenda el alfiler entre los barrotes de la Virgen de los Dolores. Meses después el joven Don García volvió sano y salvo de la guerra y finalmente contrajo matrimonio con su querida Soledad.

Pero como casi siempre que hablamos de historia y tradición, existen otros posibles orígenes.

Cuentan que antiguamente las novias heredaban los vestidos de madres o abuelas y las modistas los ajustaban con alfileres para el día de la boda, al final del día la novia repartía los alfileres porque daba mala suerte quedarse con alguno. También se dice, que la novia les entregaba los alfileres a las modistas para que los quemaran y así encontraran novio.

¿ Y por qué un alfiler con forma de flor?, porque las flores nos permiten expresar y transmitir sentimientos, por ese motivo deja que este pequeño y exquisito objeto, se convierta en un detalle lleno de cariño, símbolo de la unión entre la persona que lo regala y la persona que lo recibe.